crítica

‘Dame tu corazón’ de Joyce Carol Oates

Un hombre como mi padre, quizá Deek también, tiene cierto poder: el de extinguir una vida, como lo tendría uno (si se sintiera malvado y no hubiera nadie mirando) al aplastar una mariposa con las alas rotas que se retuerce bajo tu pie, o permitir que esa vida siga adelante.

corazónTras terminar las diez historias que conforman Dame tu corazón (Give Me Your Heart, 2010), miro a mi alrededor con temor, un poco desconfiada. Joyce Carol Oates tiene esa facultad. Sus ficciones te arrastran a un mundo de experiencias que van de lo terrorífico a lo meramente incómodo: historias de chicas insatisfechas, de mujeres que de pronto dejan de comprender sus situaciones personales, de parejas que se descubren formadas por desconocidos, de turbulencias familiares. Del encuentro, a fin de cuentas, con un cierto algo siniestro, con una sombra que siempre está ahí y a la que conseguimos evitar para que solo de vez en cuando emerja a la superficie.

Todo lo que leo de Oates me fascina porque tiene una capacidad increíble para comprender los peligros a los que se enfrenta la mujer en la sociedad moderna (sean peligros reales o que estén tan solo en su mente), y la increíble cantidad de presiones de todo tipo a las que nos vemos sometidas en muchísimos ámbitos. Te desvela momentos, te habla del mal, siempre con una importante presencia del miedo como elemento clave. Es una narradora muy hábil, y me encanta en particular su forma de seleccionar las historias que se van a contar, que se distancian de todos los relatos que yo he leído hasta el momento. Si la corriente habitual es el clásico «que no pase nada» (Carver, Munro, Lahiri), Oates se esfuerza por conseguir que sí pase: que ocurran cosas para que ella pueda examinarlas, sin llegar en ningún caso a lo histriónico ni a lo excesivo.

El eje de todos los relatos de Dame tu corazón es, diría yo, la violencia. La violencia como instrumento de ataque o defensa, como herramienta, como forma de relacionarse con el mundo, la violencia como aquello a lo que el personaje debe enfrentarse o, también, aquello que toma en su mano como respuesta. Y es precisamente este elemento el que hace que los relatos de Oates tengan tanta fuerza, pues la autora no se arredra ante nada, y su narrativa está llena de momentos viscerales, magníficos y agotadores.

El amor incondicional es fraudulento, una mentira. Hay un momento para el amor, y hay un momento para repudiar ese amor.

Al tratarse de un libro de relatos, he querido seleccionar aquellos que más he disfrutado para desarrollar un poco más en profundidad. Gustar me han gustado todos, pero hay cinco que poseen unas intuiciones maravillosas y que son impecables. Cerebro/escindido, si bien breve (en ese sentido, muy diferente del resto de la obra), es un excelente texto sobre la angustia, un ejercicio de tensión en el que Oates utiliza un registro muy interesante para desarrollar como quiere la trama. El primer marido, quizás el relato más convencional del libro, me ha parecido magnífico por su tratamiento de los silencios, la búsqueda de llenar esos huecos del lenguaje de forma que no quede nada suelto en la trama (en contraposición, de nuevo, a lo que es la tradición norteamericana del relato), con una elegancia sensacional.

Desplazándome hacia el final de la obra (y no voy a hablaros demasiado de El torrente, aunque es un ejercicio extraordinario de desarrollo de psiques), está Sangría. En lo personal, me resulta el texto más terrible y angustioso de Dame tu corazón. Habrá quien lo considere un poco excesivo, pero es su brutalidad, su angustioso despliegue de terribles y terroríficas escenas, lo que lo convierte en un relato poderoso que ejerce de contrapunto para toda la violencia soterrada que encontramos de manera habitual en los textos. Mientras que en otras historias Oates busca dejar clara la violencia centrándose en sus efectos, en los miedos que la vertebran, aquí va hacia lo más visual y escribe una obra de difícil lectura, pero intensa y absorbente. El último relato, Vena cava, retoma la violencia más sutil, esta vez desde una perspectiva distinta, de mayor complejidad formal pero igual visceralidad. Oates explora en este fin de libro qué ocurre cuando la tensión, perfecta y medida, se quiebra del todo.

«Hablan en su lengua». Pues aquella era la otra lengua, la del enemigo. Aquella lengua gutural y siniestra que nadie podía hablar, ni siquiera entender.

He querido dejar para el final el que para mí es el mejor relato del libro, Strip poker. Hay muchas cosas por las que me gusta este texto, pero fue una lectura muy satisfactoria, con dos actos diferenciados, en la que Oates maneja como quiere a la lectora, en ese vaivén característico suyo entre estabilidad y horror mundano. Es magnífico ese terminar la lectura con un nudo en la garganta pero, al mismo tiempo, con una sonrisilla en los labios. Y aunque la sensación se acrecienta en este relato, es la habitual durante la lectura de una narradora tan sensible e inteligente como lo es Oates. Os invito a que le deis una oportunidad a este magnífico libro.

(Gatopardo ediciones, 2017. Traducción de Patricia Antón. 337 páginas)

3 respuestas a “‘Dame tu corazón’ de Joyce Carol Oates

  1. Totalmente de acuerdo con todo lo que dices del libro, compartimos tanto impresiones como el análisis de sus temas y sus muchas fortalezas. Fue una de mis lecturas favoritas del año pasado. Strip poker es uno de los mejores relatos que recuerdo,y también disfruté muchísimo de El torrente, aunque meses después aún me acuerdo de los detalles más turbios de todos sus relatos, así que señal de que son excelentes 🙂
    ¡Una gran entrada! Saludos.

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  2. ¡Hola!

    El año pasado me inicié con Joyce Carol Oates con este libro y me fascinó totalmente. De momento es lo único que he leído de la autora pero ya tengo esperando en la estantería ‘Desmembrado’.
    En cuanto a los relatos que destacas coincido contigo con tres: ‘El torrente’, ‘Sangría’ y ‘Vena cava’. ‘Sangría’ me puso los pelos de punta y ‘Vena cava’ fue el que más me impactó.

    Un abrazo

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  3. Lo que dices es muy cierto. Me encanta Oates por la manera en la que muestra las partes más turbias de la sociedad. Sus historias siempre me dejan reflexionando. No he leído nunca relatos cortos (normalmente prefiero las novelas), pero tengo ganas de probar a leer relatos.

    Un beso!!

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